jueves, 19 de diciembre de 2013

Viaje a Buenos Aires - Montevideo (1): Porque sí

Amo Santiago, pero en ese momento mi relación con la ciudad estaba quebrada. Por alguna razón me estaba buscando, tenía una especie de crisis existencial, y nació la idea: ¿Por qué no cruzar la cordillera? Tenía algunos ahorros, no tenía polola (novia) y quizás me serviría para escapar un rato. Lo comenté pensando en que me iban a decir que estaba loco, que porqué se me ocurrían cosas así, pero en vez de eso me apoyaron, mi familia y mis tías hasta se pusieron a cotizar vuelos conmigo.

Más que razones para cruzar y conocer, fue un impulso casi divino. No soy fan de los libros, de Boca ni de nada propiamente argentino, y honestamente me parecía un contrasentido gastar tanto dinero en conocer algo diferente, cuando ignoro tanto de lo que rodea mi ciudad. Pero contra mis prejuicios, y pensando más en que sería una aventura, me convencí de ir. 

Los días previos fueron extraños, dudaba acerca de muchas cosas, no por inseguridades, sino más bien como reflexiones. ¿En qué momento se me pasó (por la cabeza) viajar porque sí a otro país? Y ni yo sabía, las personas que sabían trataban de enchufarme lugares que debía conocer, tours que debía tomar, comidas que debía comer...y a mí me importaba un carajo, sólo quería estar solo, supongo. Les decía que sí a todo, pero sabía que allá iba a hacer lo que se me diera la bendita gana (como siempre).

Mi primer bus de Centropuerto.
Las preguntas se repetían muchas veces y me respondía que debía disfrutar de esta aventura, me sentía como abriendo un camino nuevo. Sobre todo considerando que en mi casi veintena de años de ese entonces, nunca había tomado un bus que llevara al Aeropuerto y que la última vez que había estado en el mismo había sido cuando niño. De hecho, los aviones sólo los había visto volando alto desde mi casa... jajajajaja. Mi familia, en tanto, me preguntaba y se despedía de mí, diciéndome que me extrañarían, aunque para mí era como ir a la panadería y volver. No le tomaba el peso (y sigo sin tomármelo).

He aquí algunas fotos del aeropuerto, que fue como la gran novedad para mí, poder ver los aviones en las pistas de aterrizaje, hacer el trámite de dejar la maleta en la cinta, comprender cómo se hacen esos trámites, cruzar en solitario para ir a tomar el avión. 

Airbus A320 de LAN
Aeropuerto Internacional Comodoro Arturo Merino Benítez (SCL).
Me gustaron estas pantallitas con el itinerario de los vuelos. El mío fue el LA461.
Una vista distinta del Aeropuerto, ¡muy lindo!
Y yo que pensé que subiríamos en escalera, ya quería tomar una foto del avión desde la pista...
Esperando partir.
Era la primera vez en un avión, el ciclo de preguntas y respuestas se volvía a repetir, pero era una sensación algo diferente. No tenía la menor idea de Buenos Aires, aunque Guido (más adelante sabrán quien es) me dio mapas y algunas referencias, debo decir que no estudié nada, solo viajaba porque sí. Les dejo también unas fotos de la cordillera, poder ver la cordillera que yo sólo veía en mapas, y comprender la enorme planicie que corresponde a Argentina, para un fanático de mapas y geografía era casi como estudiarlo en persona.
La cordillera y unas nubes, que belleza.
Finalmente, llegar en ese avión a Aeroparque fue una experiencia apoteósica (si lo ven, háganlo en pantalla grande). Al momento de llegar vi la ciudad de Buenos Aires de noche, con sus luces prendidas y me entró un poco de miedo, lugar adonde miraran mis ojos veían luces, ¡era una mancha enorme de luces que se iba a tragar el avión! ¿Cómo se me ocurrió la idea de conocer Buenos Aires en menos de 1 semana?... todo Chile metido en una ciudad.

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