sábado, 21 de diciembre de 2013

Viaje a Buenos Aires - Montevideo (7): De vuelta en Buenos Aires

Habíamos quedado en que estaba esperando el bus hacia Colonia. En el intertanto de la espera, leí montones de veces el mismo diario, hice el puzzle completo, me dediqué a tratar de interpretar la obra de arte que estaba enfrente mío y pensaba en todo lo que había vivido: toda una linda aventura, además de sobarme el estómago y prometerme que tomaría un buen desayuno.

El terminal Tres Cruces a las 1 de la madrugada.
Noté que había movimiento y algo raro cuando veía mucha gente dirigirse a la salida del terminal, no me gusta seguir a la masa, pero por mera curiosidad lo hice y preguntando pude saber que yo debía estar ahí, éramos las personas que esperábamos buses de Buquebus hacia Colonia. Al lado mío había un grupo de siete u ocho españoles que se reían y contaban -entre ellos- chistes.

Bus de la Compañía Orienta del Este, prestando para Buquebus
Llegando a Colonia, teníamos que esperar para llegar al buque, yo a esas alturas pedía que pasara rápido, lo que más quería era poder dormir y no tener que preocuparme de perder algún transporte jajaja. Nuestro buque salía a las 03.15. Una vez que pasamos por la aduana, ya conociendo el buque y el procedimiento, me largué a dormir en las butacas del buque. Desperté justo para el amanecer en el río de la Plata, un espectáculo muy bonito. 

Pantalla en Colonia.
Amanecer en el Río de la Plata
Buque Eladia Isabel.
Llegamos temprano, estaba fresco, así que me dediqué a caminar en busca del hostal. Me dieron una habitación compartida, si mal no recuerdo habían estadounidenses y un español que llevaba muchas semanas alojado en el lugar. 

Con Mafalda en San Telmo, esa mañana. Usé la maleta como trípode.
Tomé desayuno, conversé en un inglés improvisado con una israelí que estaba recorriendo el país. Me sorprendía lo mucho que Argentina había logrado posicionarse como destino para los turistas europeos. Sin desmerecer, Chile posee lugares similares y tiene mucho potencial, pero de los europeos que vi casi todos recorrían Argentina entero, no Chile (¡hey! tenemos que trabajar eso como país). Por características geográficas (barlovento y sotavento), el lado de Chile es más lluvioso, por lo que muchos de los viajeros que conocen la Patagonia podrían conocer nuestros lagos, volcanes, bosques milenarios y glaciares también, gozando de paisajes más verdes y relieves más monumentales. 

Esta vez sí logré juntarme con Guido. Nuestro panorama fue juntarnos en una estación de Subte. Quedamos de juntarnos en una estación cercana a Retiro. Estaba en el andén cuando por mera corazonada me pongo en un lugar a la vista de un policía (la seguridad en el subte la brindan policías, no guardias privados como en Santiago). De la nada llegó un niño, de unos 12 o 13 años, y con un tono amenazante me dijo que me podría revisar a fin de robarme. Yo le indiqué que había un policía enfrente, miró con furia y se retiró raudo lanzando insultos. El policía desde el otro andén me preguntó, le dije que me había intentado robar pero que estaba todo bien gracias a su presencia. 

Uno de los trenes del subte en estación San Juan.
A diferencia del Metro de Santiago, el Subte es un lugar bastante inseguro, de otra forma no me explicaría cómo un niño pretende realizar un robo en medio del andén y a una hora de relajo (sábado a mediodía). Él también me comentaría que Retiro era una zona habitual de robos o asaltos. Nuestro panorama del día consistió en conocer el Subte y algunos barrios de Buenos Aires.

Hicimos la Línea A con los antiguos trenes belgas La Brugeoise. Estos coches eran los trenes de Metro más antiguos en servicio comercial, digo eran porque ahora fueron reemplazados por unos coches chinos SATCO. En una nota aparte haré un post sobre el transporte urbano en Buenos Aires, por mientras sólo me dedicaré a hacer unas pequeñas observaciones. Estos coches eran muy hermosos por dentro, con terminaciones en madera y lámparas colgantes.



Coches La Brugeoise. Estación Plaza de Mayo, Línea A.
En las cercanías de Plaza de Mayo, Guido me llevó al Museo del Bicentenario, el cual está emplazado en lo que antiguamente eran un Fuerte de Buenos Aires y la Aduana. Aunque seguimos caminos distintos (Guido actualmente ya es Profesor de Historia y le falta poco para titularse; y yo prosigo mis estudios de Administración Pública, aunque ambos queríamos ser profesores de Historia y Ciencias Sociales), compartimos los gustos de conocer sobre la historia, compartir sobre herramientas pedagógicas y realizar análisis críticos sobre las similitudes y diferencias de cada país. En algún momento espero que cumplamos nuestra palabra de hacer un libro sobre estas similitudes y diferencias culturales, Argentina y Chile son más hermanos de lo que se creen.

No soy muy partidario de las frases célebres, pero le encuentro razón.
Mejor que una promesa, un hecho. Después del museo, tomamos el subte hasta Carabobo, para visitar el parque Rivadavia. No es que fuera la gran cosa, pero me alegró mucho poder ver vida en las calles, habían unos niños recibiendo "clases" de pintura en pleno parque, toda una ternura.

Niños pintando en el parque Rivadavia
Poco después tomamos uno de los colectivos/bondis de la ciudad para llegar a las cercanías de la estación Facultad de Medicina. Al rato después de bajarnos, en otro bus se escuchó el grito de una mujer, la asaltaron (un lanzazo como diríamos en Santiago). En Santiago también hay asaltos así pero no es tan recurrente supongo, por lo menos no para ver dos en el mismo día. Vimos el Palacio de Aguas Corrientes, donde está el Museo del Patrimonio Histórico.

Palacio de Aguas Corrientes. Av. Córdoba
Sin embargo, lo que realmente íbamos a ver era el lugar de estudio de Guido (al menos por fuera). En 2011, cuando él vino a Santiago, yo aproveché de mostrarle mi universidad y la Facultad de Filosofía y Humanidades, que en ese momento por las protestas estudiantiles estaba en paro.

Instituto Superior del Profesorado Dr. Joaquín V. González
Lo siguiente fue almorzar, en un lugar donde él comía a menudo nos sirvieron unas pizzas individuales a la piedra. Toda una exquisitez, en Chile yo no como mucha pizza, pero debo decir que esta pizza estaba maravillosamente rica. A ratos, cuando me da hambre acá, me pongo a recordar esa pizza y se me hace agua la boca. Por lo demás, hay que decir que el precio de las pizzas era bastante accesible. Ahora que estábamos con el estómago alimentado, podíamos proseguir con el recorrido del Subte, esta vez hicimos la Línea B hasta Congreso de Tucumán, que es la estación terminal.

Interior de un Alstom Metropolis del Subte de Bs As.
Guido fotografiando el tren en Congreso de Tucumán
Una de las cosas que más rescato del Subte de Buenos Aires es que, omitiendo el detalle de los ladrones, sacar fotos en el subte es realmente muy fácil. La policía, los funcionarios y los mismos pasajeros no suponen mucho problema para realizar las fotografías. En ningún momento hubo un impedimento o alguien que no nos dejara tomar fotos. En Chile, lamentablemente, tanto en Metro de Santiago como en algunos otros transportes ferroviarios, los guardias privados pueden hacerte desistir de tomar estas fotografías o bien se requiere una autorización especial (o saber ser discreto...).

Otro problema, eso sí, es que los coches están muy mal mantenidos. Debe haber mucho descontento y resentimiento social (o una dejadez por parte de las autoridades competentes, es una o la otra) dentro de la población para que haya un nivel de inseguridad como el descrito anteriormente y para que casi ningún tren del Subte esté libre de rayados. Ya en esos años se notaba un descuido de la parte estética de estos trenes, cuando yo vi los videos de despedida de los coches Brugeoise en 2013 estos trenes estaban en deplorables condiciones estéticas, muchísimo peor de lo que yo alcancé a ver.

Posteriormente fuimos hasta la estación Palermo, en esa zona tomamos un tren que nos llevó hasta Retiro. Se repite la misma dinámica de coches descuidados y rayados. A su vez, una niña pequeña estaba mendigando en el tren. El tren pertenecía a la Línea San Martín. Lo que sí me gustó es que el pasaje del tren era extremadamente barato, después vendría a comprender el porqué. Debo agregar que hace unos pocos días (22 de febrero de 2012) había acontecido el trágico accidente de Once, donde dos trenes chocaron generando un saldo de 51 muertos y más de 500 heridos.

Tren Toshiba. Ferrocarril General San Martín
Ya en Retiro, pude ver las majestuosas estaciones de trenes que tienen. Son enormes, tan así que no tomé fotos pensando en que me iban a salir muy oscuras y podía ser algo peligroso. Saliendo de ahí, tomamos otro colectivo rumbo a la zona de Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires. Al igual que la Universidad de la República, también es la universidad estatal con mayor prestigio y cuenta con educación gratuita, aunque tiene también algo que se llama CBC (Ciclo Básico Común) que viene a ser un curso de nivelación.
Recoleta
Floralis Generica.
En el lugar pudimos tomar fotos de avenida Recoleta (nosotros también tenemos una avenida y un sector de ese nombre), la Floralis Generica, conocimos por fuera la Embajada de Chile y tomamos algunas fotos de los colectivos/bondis. Ya bien cansados, nos separamos y yo llegué al hostal.

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